ABC EL Islam Página Principal

El Islam en unas líneas
¿Por qué creemos en el Islam?

L
as Dos Testificiones Son El Llamamiento De Mois
és, Jesús y Mohammad
¿
Cómo hacerte musulmán?
ABC El Islam

 

 

 

Cuarto: El Islam: modo de vida.

 

1- La vida moral.

2- La vida espiritual.

3- La vida personal.

4- La vida familiar.

5- La vida social.

6- La vida económica.

7- La vida política.

8- La vida internacional.

 

 

1/ La vida moral en el Islam:

 

A lo largo de su predicación, que duró veintitrés años, el Mensajero de Al·lâh fue un vivo modelo humano del Islam. Sus enseñanzas bien detalladas en su tradición (Sunna) constituyen asimismo un método íntegro que abarca todos los aspectos del comportamiento moral.

 

El Islam enseña al musulmán a ser leal, veraz, fiel, benévolo, humilde, cariñoso, justo, honesto, afable y cumplidor.

 

Por otro lado el Islam desaprueba cuantas cualidades contradicen las anteriores. Así desaprueba la envidia, la hipocresía, la falsedad, la burla, el desenfreno, el chismorreo la maledicencia y la altivez.

 

2/ La vida espiritual en el Islam:

 

En el Islam, las fuentes del saber radican en las pruebas claras y los argumentos contundentes a los que se llega por medio de la experimentación o la experiencia, o ambas a la vez.

 

El Sagrado Corán incita a los musulmanes a adquirir el saber del universo en su extensión.

 

La creencia del musulmán en Al·lâh se fundamenta en el conocimiento racional y la investigación analítica, dejando abiertas las puertas de par en par para que se profundice en todas las ramas del saber.

 

En el Islam no existe ningún tipo de institución eclesiástica u organismo análogo, por lo cual el saber no es privativo de unos sacerdotes o monjes.

 

Todo musulmán tiene la obligación de aprender el Islam para que lo practique en su vida cotidiana.

 

3/ La vida personal en el Islam:

 

El Islam subraya la trascendencia de la purificación y el aseo para el ser humano, la comida sana, la vestimenta decente, el comportamiento recto y las relaciones sexuales honestas, mantenidas dentro de la institución matrimonial.

 

El Islam prohibió al ser humano todo tipo de comida o bebida que se consideran dañinas para su cuerpo. Así que está prohibido tomar alcohol y drogas análogas, carne de animales muertos, animales no degollados debidamente, fieras, carne de cerdo y sangre.

 

El Islam recomendó asimismo preocuparse por las medidas sanitarias adoptadas en la conservación y distribución de comida, por la limpieza de la boca y manos, por la moderación a la hora de comer y demás recomendaciones sanitarias saludables.

 

 

4/ La vida familiar:

 

La familia constituye el cimiento de toda la sociedad entre cuyos miembros existen fuertes lazos de parentesco y vínculos matrimoniales, y en la que se rechaza totalmente  las relaciones anómalas (la adopción, matrimonios entre homosexuales, matrimonios experimentales... etc).

 

Al·lâh ha otorgado a los padres, y especialmente a la madre, un sumo respeto aunque profesen otra religión que no sea el Islam.

 

El Islam estableció el matrimonio en tanto que un deber religioso que han de cumplir cuantos se consideren capaces de asumir sus responsabilidades a este respecto. Todo miembro de la familia tiene derechos y deberes.

 

El acta matrimonial se considera inválida sin el previo, libre y pleno consentimiento de los cónyuges.

 

En el marido recae la total responsabilidad de cuidar a su esposa, aunque ésta sea adinerada, y no tiene derecho alguno a inmiscuirse en asuntos relativos a sus propiedades.

 

El Islam permitió la poligamia - cuatro mujeres como máximo- sólo en casos de especial necesidad, supeditándola a la capacidad del marido de satisfacer todas y cada una de las necesidades de sus mujeres y a medirlas por el mismo rasero, requisito que resulta difícil de cumplir por la mayoría de los hombres.

 

No se recurre al divorcio como última solución, hasta que se agoten todos los intentos de reconciliación y mediación llevados a cabo por los familiares de ambas partes.

 

 

 

 

5/ La vida social en el Islam:

 

Al·lâh ordenó a todo individuo que preste la máxima ayuda y muestre la mayor benevolencia hacia los miembros de su familia, parientes, sirvientes y vecinos.

 

En el Islam se privilegia a los individuos única y exclusivamente en razón a su devoción o temor de Al·lâh (taqwa) y sus buenos actos, y no atendiendo a su clase social, color, linaje o pertenencias.

 

Todos los hijos de Adán constituyen una sola familia, puesto que todos descienden del mismo padre y de la misma madre y la humanidad en su totalidad es en realidad una y unitaria, no sólo en lo tocante al linaje sino también a los motivos de su creación.

 

6/ La vida económica en el Islam:

 

El ser humano ha de procurarse el sustento por medios lícitos, lo cual no sólo constituye una obligación sino también una gran virtud.

 

Todo lo que gana el ser humano por medio de su trabajo es propiedad exclusiva suya, aunque ello no quita que tenga obligaciones hacia la nación (Umma). Ésta, por su parte, asume la responsabilidad de proteger a sus ciudadanos de la penuria.

 

El sistema económico islámico no estriba únicamente en cálculos matemáticos concretos, sino también en modales y principios. El azaque (Az-Zakâ(t) y la limosna voluntaria (As-Sadaqa) constituyen la columna vertebral de este sistema.

 

El ser humano viene al mundo con una mano detrás y otra delante y de la misma manera se despide de él, así que el auténtico dueño de todo lo que se halla en este mundo es Al·lâh, mientras que el ser humano es un simple encargado de estos bienes. Aunque el Islam no prohíbe los proyectos privados ni la propiedad privada, niega, eso sí, el egoísmo y la codicia del capitalismo.

 

El Islam adopta un camino intermedio y positivo entre el individuo y la sociedad, el ciudadano y el Estado, el socialismo y el capitalismo y entre el capitalismo y el espiritualismo.

 

El Islam estableció una normativa bien detallada de tratos comerciales para garantizar justicia entre el vendedor y el comprador.

 

En el Islam sólo se consiguen ganancias por medio de la auténtica inversión de los recursos, del trabajo, o de las ideas, ya que el dinero por sí solo no ofrece beneficios. Lo que sustituye en el Islam al interés estable que se cobra por los depósitos pecuniarios es la participación, cuyas normas dispuso el Islam en diversas ocasiones.

 

El Islam anima a ofrecer el buen préstamo (el préstamo libre de interés o contrapartida) para ayudar a terceros.

 

 

7/ La vida política:

 

En el Estado islámico la soberanía es propiedad de Al·lâh y la gente está encargada de ella para llevar a la práctica Su Ley.

 

El primordial cometido de la comunidad musulmana es asentar las bases de la sociedad islámica y comunicar el mensaje del Islam a toda la humanidad en todas partes del mundo. Todo musulmán, dependiendo del puesto que ocupa y su capacidad, asume un papel en ordenar hacer lo correcto y prohibir hacer lo reprobable.

 

El gobernante es un mero responsable ejecutivo elegido por la gente para que se encargue de ella conforme a la Ley divina. El papel del Estado se resume en establecer la justicia y mantener la seguridad de todos los ciudadanos.

 

Es menester elegir a los responsables y gobernantes de entre los ciudadanos más capacitados y habilitados. Si los responsables defraudan la confianza de Al·lâh y las esperanzas que en ellos depositan los ciudadanos se hace necesario cesarlos y sustituirlos por otros mejores.

 

El Islam impuso penas correspondientes a todos los delitos que atentan contra la seguridad del individuo y de la sociedad. Entre otros delitos pueden citarse: el asesinato, el terrorismo, el robo, la fornicación, la homosexualidad, el tomar alcohol y drogas análogas y la calumnia.

 

En lo que se refiere a los no musulmanes, deben dirigir sus asuntos particulares así como el matrimonio, el divorcio, la comida o la herencia atendiendo ya sea a las enseñanzas de su religión o conforme a la Ley islámica, si así lo desean.

 

Asimismo pueden elegir entre pagar el azaque, que pagan todos los musulmanes, o pagar un impuesto llamado “tributo” (ÿezia), a cambio del cual el Estado islámico se promete velar por la protección, cuidado y plena libertad de creencia de los no musulmanes.

 

 

 

8/ La vida internacional en el Islam:

 

Todos los hombres son hijos de Adán y son iguales en lo referente a su categoría humana y al motivo de su creación.

 

Los musulmanes respetan los intereses de los demás y su derecho a vivir y cuidan de sus bienes y honor siempre y cuando no atenten contra los derechos de los musulmanes. El Islam reprueba toda índole de violencia.

 

Yihad en Islam significa prestar ayuda a los pueblos oprimidos e indefensos para que recuperen su libertad y derechos legítimos y para que elijan convencidos y con plena libertad su creencia y doctrina en la vida. El Islam no permite ni permitió jamás obligar, chantajear o sobornar a nadie para que se convierta a la religión islámica.

 

Lo que sucede es lo contrario, ya que vemos que son los musulmanes quienes padecieron y siguen padeciendo todo tipo de injusticias, presiones económicas y chantaje para que dejen de ser musulmanes. Al-Andalus (España), Palestina, la India, Birmania y Bosnia no son más que una gota en ese océano de crímenes cometidos en el pasado y el presente contra los musulmanes. En cambio, las comunidades judías y cristianas instaladas en las sociedades musulmanas, por ejemplo, disfrutan siempre de su seguridad y plenos derechos.

 

Los musulmanes recurren a la guerra cuando la seguridad del país se ve en peligro. Durante la guerra se prohíbe contundentemente destrozar frutos y matar animales. Se prohíbe igualmente matar a los no combatientes como las mujeres, los niños y los ancianos.

 

Los tratados internacionales deben ser respetados al pie de la letra, a no ser que la otra parte empiece por transgredirlos. No es tolerable incumplir un pacto con el objetivo de conseguir unos beneficios políticos o económicos transitorios.